domingo, 16 de diciembre de 2018

Albóndigas estilo vietnamita


Ingredientes:
- 500 gr de carne de ternera picada.
- 90 gr de cebolla picada en brounise.
- 4 ajos (15 gr) cortados muy pequeños.
- 8 gr de cilantro fresco muy picado.
- 12 gr de jengibre picado.
- 20 ml de salsa de pescado.
- 8 ml de miel.
- 30 ml de aceite.
- 1 chile thai (opcional).
Para la salsa:
- 75 gr de salsa Hoisin.
- 30 ml de salsa de soja.
- 30 ml de agua.
- 15 ml de salsa de pescado.
- 1 chile thai (opcional).
Elaboración:
   Mezcla muy bien todos los ingredientes de la primera lista en un bol y deja reposar una media hora en el frigorífico para que se integren todos los sabores.
   Mientras que reposa esa mezcla, ve preparando la salsa. Para ello debes mezclar en un cuenco todos los ingredientes de la segunda lista, moviendo bien para que se una todo perfectamente.
   Pasado ese siempo forma las albóndigas (lo más cómodo para eso es aceitar un poco las manos) y fríelas en una sartén con un poco de aceite (dependiendo del tamaño así tardarán en hacerse). Según las vayas friendo, lo mejor es que las pongas sobre papel absorbente para que recoja el exceso de aceite.
   Una vez que están todas fritas, sirvelas junto con la salsa (puedes echarla por encima o dejarla en el bol para que cada uno se ponga la cantidad que le apetezca) acompañadas de arroz (pinchando aquí veréis como lo preparo) y tomate fresco.

Notas:
   Como siempre vamos a las dudas que pudiera haber (ya sabéis que si tenéis alguna que no explico aquí, me lo preguntáis en los comentarios o lo que es más rápido, por redes sociales, ya sea en la página del blog de Facebook o en mi cuenta personal de Instagram, de las que hay enlace en el lateral).


   Realmente esta foto es para que se vea lo que abultan 8 gr de cilantro, por si no tenéis un peso en casa y no queréis molestar al frutero. Con el jengibre para tres cuartos de lo mismo, que sirve el volumen. Otra cosa a comentar es que aunque esta vez se vea en la foto el chile thai, no siempre lo tengo en casa y por lo tanto, no siempre lo pongo. Y ojo, muy importante, en la foto está la cebolla entera y no los 90 gr, por lo que eso no vale como orientación.


   Lo que suelo hacer en este tipo de recetas es que en vez de picar mucho los ajos a cuchillo, los meto en el prensador de ajos y listo. La diferencia de hacerlo así a cortarlos de forma tradicional es que de esta forma queda la preparación más aromática (de ahí que no siempre sea recomendable usar esta herramienta).



   Cierto es que yo no suelo ensuciar ninguna máquina para mezclar esto muy bien, pero como digo, se puede hacer con la "infernal" o cualquier otro procasador o robot de cocina que tengáis a mano. Por cierto, no está de más decir que si las albóndigas se van a hacer el bocado, cuanto más pequeña se pique la cebolla, mejor.



   ¿Veis? Realmente mezclado a mano queda perfecto. El tiempo de reposo en el frigorífico lo que hace, además de hacer que todos los sabores se unan, es que la masa coja un poco de cuerpo para que nos resulte más sencillo formar las albóndigas.


   La salsa no tiene mucho misterio, solo decir que sin el chile queda perfecto. Eso sí, una cosita, yo suelo poner la salsa para que cada uno se sirva al gusto, menos cuando las hago en plan aperitivo, que entonces lo monto yo todo. Y otra cosa, también está la opción de una vez fritas las albóndigas, poner la salsa en una sartén, calentar y dejar cocer dentro las bichillas un rato para que caramelice.


   Esta foto es para que se pueda ver el tamaño de las albóndigas. Como siempre, quitando las que hago rellenas en la olla lenta (pinchando aquí os llevará a esa receta), las hago del bocado, ya que me resulta bastante más cómodo a la hora de comer, sin contar con que al ser enanas se hacen por dentro perfectamente.


 Esta foto es para que se vea el aceite que uso, aunque reconozco que otras veces pongo menos, ya que como digo, al ser pequeñas se hacen en nada y sin necesidad de usar mucha grasa.


   Cuando están así por fuera y con el tamaño que las hago es que están ya listas y van de cabeza al papel para retirar el exceso de grasa (es algo que siempre hago incluso cuando uso un "flus" de aceite).


   A ver, ahora llega el momento salsas en las que alguien puede decir eso de "jo, pues ya no puedo hacer la receta, puesto que no encuentro eso en mi barrio"... ¡INTERNET! jejejeje.
   La salsa Hoisin es salada, oscura, espesa, ... Está muy rica y sería como la barbacoa aquí, una salsa que vale para todo. Para los rollitos de primavera, para un Pho, para el pato pekinés y mil usos más.


   Y estas dos son, por un lado la salsa de soja clara (izquierda) y la salsa de pescado (derecha). Las tres no faltan nunca en casa.
   Como digo, no es excusa dejar de hacer esta o cualquier otra receta de corte oriental si no tenéis en este momento estas salsas en casa. Si vivís en Madrid hay mil tiendas donde comprar todo esto, aunque mi favorita es la que hay en la calle Leganitos (entrando por la parte de Plaza de España está a mano derecha), también se puede encontrar en el super de la Plaza de los Mostenses, en los de la zona de Usera, en General Margallo... En Sevilla en la tienda de productos orientales de la calle Aponte seguro que la tienen, en Málaga había un super llamado "Delicias Orientales" en la Explanada de la Estación y así podría seguir un rato largo. Y por internet por ejemplo en Amazon, en El Corte Inglés, en web especializadas en alimentación oriental.

Apuntes:
   La verdad es que esta receta debía llevar publicada desde hace una semana, pero entre unas cosas y otras, no me ha dado. La semana pasada estuve en el pueblo, ya que a madre se le antojó ir a Zafra a por unos olivos (si mi abuela levantase la cabeza y viera a su hija con estas cosas...), por lo que cogí el coche, me fui al pueblo y a Zafra que nos fuimos a por los arbolillos, aunque más que arbolillos son ramas de lo chicos que son (tienen un año).


   Ya hay tres plantados. Miguel dice que si le prenden esos olivos a madre, que se encarga personalmente de levantarle un monumento. En principio se iba a esperar a ponerlos todos en marzo, pero ella ha querido probar a poner tres ahora.


   Y sé que es época de enseñar grullas en el blog, pero el otro día estuve a punto de estampar la cámara de fotos contra un chaparro (del que por cierto cogí unas bellotas riquísimas), hasta que me relajé y eché la culpa de la porquería de fotos a la parte de la cámara culpable: ¡el objetivo!.


   Es una faena (pondría putada, pero esto lo lee madre y me regaña), pero ese día que fuimos a plantar los olivos me llevé un objetivo que me ha dejado un amigo (si me lo ha dejado es por algo) puesto en la cámara. Lo hice por tener un buen alcance, pero claro, para fotos con trípode, guay, para pulsos buenos, guay, para acordarte cuando haces la foto de que el objetivo no tiene estabilizador, guay, pero si no cumple ninguno de los requisitos anteriores pasa lo que pasa y es que el buitre sale que da auténtica pena. La verdad es que con el mío me apaño muy bien y por eso he dejado el prestado en el pueblo, paso de tenerlo haciendo bulto en Madrid cuando no lo voy a usar. NO, no lo voy a usar, ya os lo aseguro. Lo tengo desde agosto y es la segunda vez que lo cojo y no creo que lo saque del cajón más. La pena es que hasta agosto del año que viene no se lo puedo devolver. Bueno, creo que tal vez lo saque una vez más y es que tengo una foto pendiente, aunque primero tengo que ver como la planteo, pero como es en el pueblo,  allí se queda.
   En fin, me desquitaré otro día, ya que como he dicho muchas veces, mi pueblo bonito no es (ojo, eso lo puedo decir yo, pero vosotros no oséis a decirlo, que os muerdo), pero está situado en un paraiso natural y es raro el día que sales al campo y disfrutas de mil pajarracos maravillosos.

   Con respecto a las albóndigas espero, como con cada receta que subo, que os animéis a prepararla en casa. Como podéis haber comprobado, no es nada complicada y además, puede hacerse en plan comida formal o también queda genial para ponerlo en plan aperitivo cuando se sientan unos pocos a la mesa (estos días que llegan se suelen prestar a ello). No me entretengo más por hoy, que es domingo y tengo que ver una opción de la cámara de fotos para intentar hacer una cosa.

   Nos vemos en unos días... ¡Feliz semana a todos!


Cómo cocer arroz Basmati.


Ingredientes:
- Arroz Basmati.
- Agua.
- Aceite.
- Sal.
Elaboración:
   No pongo cantidades en peso ya que esta vez es volumen. Evidentemente el aceite, la sal y el agua dependerán del arroz que se vaya a cocer. El aceite no es mucho, por ejemplo, para 100 gr de arroz sería como una cucharada (15 ml), la sal va al gusto, pero el agua tiene una medida con respecto al arroz:
   Para una parte de arroz se pondrá 1 parte más 2/3 de agua.
   Enjuaga el arroz muy bien en un colador o similar hasta que el agua salga limpia (si vas dando con la mano se hará mucho antes y así ahorramos en agua).
   Una vez enjuagado (no tiene que estar escurrido del todo), pon un chorro pequeño de aceite en una olla (la cantidad depende siempre del arroz que se vaya a cocer) y cuando coja temperatura añade el arroz, un poco de sal y mueve con una cuchara durante un par de minutos, siempre con cuidado de no quemarlo.
   Añade el agua y deja cocer a fuego medio/alto hasta que el arroz esté al nivel del agua. En ese momento pon el fuego al mínimo, tapa bien y deja cocer 8 minutos. Pasado ese tiempo, destapa, comprueba que está bien hecho y si ves que le falta, vuelve a tapar y deja otro minuto más.
   El arroz así cocido sirve para usarlo en el momento como guarnición o para enfriar (en ese caso lo mejor es que lo eches en una fuente bien extendido para que enfríe cuanto antes) y usarlo después en ensaladas o en un arroz frito.

Notas:
   La verdad es que se hace muy rápido este tipo de arroz. Yo siempre lo hago así tanto para usarlo como guarnición o acompañamiento de algunos platos, como para hacer arroz frito, ya que este tipo de cocción hace que quede muy suelto una vez que enfría. Y en serio que de un día para otro queda perfecto para eso. 


   En esta foto se ve el arroz una vez que lo he salteado, no tiene mucho misterio, pero es para que se vea que no hay que dorarlo, es solo dar unas vueltas.


   Ese es el momento en el que digo que hay que poner al mínimo, tapar y contabilizar el tiempo, justo cuando el arroz está al ras con el agua.


   Y una vez pasado el tiempo, airea un poco para comprobar que esté bien hecho. Si es así, sirve y si ves que le falta, vuelve a tapar y deja otro minutillo.

Apuntes:
    Lo primero que comento es que tenéis el vídeo de como hacer este arroz en el canal de YouTube y pinchado aquí (sí, aquí)  os llevará directos al él.
   Y antes de seguir os digo que odio fotografiar arroz, tal vez algún año de estos le coja el punto y me salga una foto decente, pero mientras tanto, con estas se queda la entrada (la de la portada y la que voy a poner ahora son fotos que llevan hechas desde 2016 y que me he encontrado en la carpeta de la que se suponía que iba a ser la copia de seguridad de la entrada en hoy he decidido hacer).


   Y es que realmente esto ha salido de otra receta. Estaba con las "Notas" de las albóndigas vietnamitas y cuando iba a explicar como cuezo el arroz Basmati (lo hice hace mucho en Instagram, pero desde aquel día he cambiado la cantidad de agua, ya que en aquellos entonces ponía 1 parte más 3/4 partes y ahora pongo algo menos, como habéis podido leer en la elaboración. En fin, que todo esto me ha llevado al descubrimiento de la carpeta esa de la que hablo.
   He pensado que en vez de hacerlo ahí, lo mejor era crear una entrada propia y así, cuando en las recetas que suba más adelante sea una opción este tipo de arroz, en vez de volver a explicar, enlazo directamente con esto y listo.

   Poco más que contar por aquí, vuelvo a la entrada de las albóndigas, que la he dejado colgada para hacer esto en un momentillo.

   Nos vemos en unos días... ¡Feliz semana a todos!

jueves, 29 de noviembre de 2018

Pastel de chocolate Texas


Ingredientes:
- 230 gr de harina de repostería.
- 400 gr de azúcar.
- 1/4 tsp. de sal.
- 225 gr de mantequilla.
- 45 gr de cacao.
- 240 gr de agua hirviendo.
- 120 ml de buttermilk.
- 2 huevos M.
- 1 tsp. de bicarbonato.
- 1 tsp de vainilla.
Para el frosting:
- 200 gr de mantequilla.
- 45 gr de cacao sin azúcar.
90 gr de leche.
- 1 tsp de vainilla.
- 400 gr de azúcar glas.
- 50 gr de nueces sin cáscara.
Elaboración:
   En un cuenco grande pon la harina, el azúcar y la sal, mezclando todo muy bien y reserva. También es aconsejable que prepares el molde antes y que enciendas el horno a 175º C. 
   En un cazo derrite la mantequilla, añade el cacao, mezcla bien y añade el agua hirviendo, moviendo y dejando que cueza a fuego no muy fuerte unos 30 segundos. Vierte en la mezcla que tenías reservada de harina y mueve bien para que se mezcle todo y de paso se enfríe un poco la mezcla.
   En un bol pon el buttermilk, añade los dos huevos batidos, la vainilla y el bicarbonato, moviéndolo bien y mezcla con todo lo anterior. Ponlo en el molde que tienes preparado y hornea unos 20 minutos a 175º C.
   Mientras, prepara el frosting derritiendo la mantequilla en un cazo al fuego. Cuando esté, añade el cacao y deja cocer con cuidado otros 30 segundos. Aparta del fuego y añade la leche, la vainilla y el azúcar glas, mezclando todo muy bien. Cuando lo tengas, incorpora las nueces picadas y vuelve a mezclar.
   En ese tiempo debería estar listo la torta de chocolate. Saca del horno y vierte el frosting por encima antes de que enfríe. Deja que se cuaje la superficie y estará lista para servir.

Notas:
   Como se puede ver, esta torta de chocolate es muy sencilla de hacer, solo hace falta un poco de organización y ahora paso a explicar la forma que tengo de hacerlo yo con unas fotos (para variar).


   Cuando hago este pastel, comienzo preparando todos los ingredientes del frosting o crema que va por encima, así después voy directa, ya que el tiempo de horneado es corto. Lo pongo en una bandeja o lo que tenga más a mano para poder moverlo de sitio con comodidad y que no moleste.


    Por cierto, una cosa antes de que se me olvide, con nueces del país o nueces de California está muy rico, pero con nueces pecanas es delicioso. También decir que si no se quieren poner nueces, se quitan del medio y listo (que igual tenéis  algún alégico a ese fruto seco en la familia y sería una pena que se quedase sin probarlo).


     No tengo buttermilk... No es excusa para no preparar la receta de hoy, ya que en casa se prepara en un abrir y cerrar de ojos. En un vaso mezcla 120 ml de leche y 7 gr de zumo de limón, deja que repose unos 10 minutos y listo. Y sí, ya sabéis que siempre tengo limón congelado para cuando lo necesito.


   Como se puede ver, la leche es como si se cortase por el ácido del limón. Llegados a este punto decir que también se puede hacer cambiando el zumo de limón por vinagre.


   Sigamos... Una vez que tenéis el buttermilk listo, se preparan el resto de ingredientes que irán a esa mezcla para, de nuevo, tenerlo todo organizado. Y al rincón para que no molesten.


   Evidentemente no tiene ningún misterio el mezclar harina, azúcar y sal, pero la foto es para que veáis la cantidad de sal necesaria, por si todavía no habéis comprado las tazas y cucharas medidoras. Y como se ve, ya estamos metidos en faena y hemos empezado a preparar el pastel.


   Cuando la mantequilla está derretida se añade el cacao sin azúcar. Lo hay de varias marcas, podéis elegir el que más rabia os dé. El de Valor, Hershey's, ... Yo suelo tener el que venden en Mercadona, que es de la marca Valor, por una cuestión de que es el super que tengo más a mano. Y una vez que se ha disuelto, se añade el agua hirviendo, lo que ayudará a que el cacao se deshaga bien y de paso, potenciar el sabor.


   ¿Y cuánto son 45 gr de cacao? Pues son cuatro cucharadas colmadas, como se puede ver en la foto (esas me las regaló mi queridísima "Copito" y para mí son muy especiales por como fue ese momento regalo en plena calle Valverde.


   Mientras que el cacao, la mantequilla y el agua cuecen esos 30 segundos, añado en el vaso el huevo batido.


   Y también incorporo la pasta de vainilla, que al igual que el cacao, puede ser de la marca que mejor os venga. Ya hay muchos sitios donde la venden, por lo que no es difícil de encontrar. Ni qué decir tiene que también se le pueden incorporar las semillas de una vaina de vainilla, como siempre eso depende de vosotros. Sigamos...


   Bien, una vez pasados esos 30 segundos en los que hemos estado cociendo la mezcla de cacao, mantequilla y agua (siempre con mesura, para que no se nos queme), se añade a la mezcla de harina, azúcar y sal.


   Y se une todo muy bien, haciendo que la masa temple un poco. Eso hará que después quede mucho más jugoso y que los sabores sean más potentes.


   Una vez que está listo el paso anterior, se incorpora al buttermilk el bicarbonato (recordad que ya teníamos dentro los huevos y la vainilla). Puede que alguno se pregunte cuál es el motivo de hacerlo tan a última hora, ¿verdad? Pues es muy simple, a diferencia del impulsor químico (el Royal de toda la vida) que se activa con el calor, el bicarbonato empieza a activarse con el contacto con líquidos, o símplemente con la humedad de la masa, de ahí que se ponga casi en el momento de llevar al horno. También contesto aquí a la posible pregunta del motivo por el que se usa bicarbonato en esta receta y no el impulsor químico "Royal". Pues bien, cuando el dulce que sea en cuestión lleva algo ácido, se le pone bicarbonato para neutralizar esa acidez (que por cierto, eso también hace que se active). Ya está, podría enrollarme más, pero pa qué.


   Cuando hemos mezclado todo bien, incorporamos a todo lo anterior, que ya debe haber enfriado (veréis que se hace todo bien con una cuchara, no hacen falta máquinas que batan ni cosas por el estilo) y se unifica de nuevo todo muy bien.


   No os asustéis, ya que la masa queda bastante líquida, pero eso ayudará a que se extienda bien por todo el molde.


   Cuando tenemos todo muy bien mezclado, es el momento de poner en el molde que irá al horno. Aunque no es necesario, ya que esta torta no se desmolda entera, si no que se va partiendo en trozos para servir, a mi me gusta poner papel en la bandeja que, como se ve en la foto, es grande. Yo utilizo una de 43x33 cm más o menos. La altura no es problema, con que tenga unos dos centímetros y medio debe ir sobrado (la mía tiene 4). Tampoco es excusa para no hacerlo, ya que el molde se puede comprar por internet o incluso en los típicos bazares chinos. Y no hay que gastarse un dineral,  que esta mía me costó la friolera de 5 euros hace ya mucho y sigue como nueva, por eso no me animo nunca a comprar las de Nordic Ware (aquí enlace). Soy, desde hace tiempo, de la peña "compra solo lo que necesites y no seas ansias". En fin, sigo... Recordad extender bien la masa y no os asustéis, ya hemos dicho que es una torta y que queda fina. Como ya está dicho más arriba no repetiré que la temperatura son 175ºC y que el tiempo son unos 20 minutos (JA). Pero vigilad, que cada horno es un mundo. La torta debe salir bien cocida y al introducir un palillo debe salir seco.


   Es el momento de recuperar la bandeja en la que tenemos todos los ingredientes de lo que cubrirá esa torta (aunque parezca que ha pasado mucho tiempo, esta receta se hace rápido, pero es que yo me enrollo muchooooooooo). Bien, una vez que tenemos derretida la mantequilla, incorporamos el cacao, mezclamos bien y dejamos cocer unos 30 segundos, con cuidado de no quemarlo (no, no estáis teniendo un déjà vu, es que el paso es similar a uno comentado anteriormente, jejeje). Pasados esos 30 segundos, se aparta del fuego.


   Se añade la leche y la vainilla mezclando bien.


   Y se incorpora el azúcar glas (yo suelo tamizarlo antes, aunque no es necesario), mezclando todo muy bien para que se deshaga y no queden grumitos.


   Este paso, como comenté más arriba, es totalmente opcional y es el momento de añadir las nueces. Si lo hacéis, mezcladlas bien. Más o menos en este tiempo el bizcocho debe estar casi a punto.


   Justo al sacarlo del horno es cuando hay que echar el frosting por encima. Con tanta foto y no hice una cuando lo saqué del horno... Pa matarme, la verdad. El calor del bizcocho hará que se deslice bien por toda la superficie, pero si veis que no llega a los bordes, con ayuda de una espátula, cuchara, cuchillo o lo que tengáis a mano, ayudáis un poco.


   Y ya no pongo más fotos en las notas de esta receta, ¡lo prometo! Solo esta, para que veáis que el secreto de poner por encima la crema con el bizcocho caliente hace que se empape y quede jugoso. Os lo prometo, es pecaminoso. Por cierto, nada de frigorífico, que esto es para comerlo templado o a temperatura ambiente.

Apuntes:
   Ni qué decir tiene que con el rollo que he metido hoy, aquí no os voy a seguir castigando, juaaaaasss...
   Solo comentar alguna curiosidad sobre este pastel, cuyo nombre original es "Texas sheet pan", como que tiene ese nombre por el recipiente en el que se suele hornear. Es un clasico de la repostería de Estados Unidos y es normal, ya que es una delicia.
   Hay quien dice que el origen de esta receta está en el "German chocolate cake" (1852), que ojo, no es que sea un pastel de procedencia alemana, como muchos creen erróneamente, es que ese pastel lo creó Sam German y en la compañia de chocolates donde trabajaba lo llamaron el pastel de German en su honor (en inglés lleva el genitivo sajón o posesivo y con el tiempo se perdió, de ahí que exista ese error y muchos piensen que es un pastel alemán). En fin, que el nombre del pastel en cuestión nunca se debería traducir como "pastel alemán", sino como "pastel German", que ya sabemos que somos de traducir todo, pero por Dios, respetemos los apellidos.
   El caso, que por los años 30 del siglo pasado se empezó a gestar una variante con una capa en vez de tres y con el tiempo se le empezó a poner nueces en el glaseado. Vamos, que por 1970 ya lucía esta deliciosa torta con todo su esplendor. Y ahora disfrutamos de varios pasteles diferentes, que es lo maravilloso de la cocina. Por cierto, otro día os pongo otro pastel de chocolate bastante famoso por esos lares, pero cuando se me pase el empacho de este, que sí, como habéis podido ver, ligero no es que sea precisamente. Lo siguiente es algo salado y así sigo  publicando recetas pendientes, que ya me vale...


Nos vemos en unos días... ¡Feliz semana a todos!

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Chilli Powder


Ingredientes:
- 15 gr de chile Ancho.
- 8 gr de chile Morita.
- 1 tsp. de comino.
- 1/2 tsp. de cilantro en grano.
- 1/2 tsp. de ajo en polvo.
- 1/2 tsp. de orégano.
- 1/4 tsp. de pimentón de la Vera dulce.
- 1/4 tsp. de cacao sin azúcar.
- 1/4 tsp de cebolla en polvo.
Elaboración:
   Empieza quitando las semillas a los chiles. Pon en un molinillo, todas las especias excepto el cacao y el pimentón y muele hasta dejarlo con la textura que más te guste (como ves, yo no lo reduzco a polvo totalmente).
   Mezcla bien con el pimentón y el cacao reservado y guarda en un bote bien cerrado.

Notas:
   Como en casi todas las mezclas de especias, pocas cosas hay que explicar hoy, como siempre, os dejo una foto de las especias por separado para que si todavía no os habéis animado a comprar las cucharas medidoras, al menos tengáis una referencia. Aunque también podéis medir con cucharas de las que todos tenemos en casa, respetando más o menos cantidades.


   Pongo esta mezcla por ser ya muy sencillo encontrar todos los ingredientes, incluyendo los chiles, que hace años costaba encontrar. Además de los ingredientes que pongo, se puede completar con algún extra, como pimienta negra, canela y/o clavo, pero yo no suelo ponerlo.
   También se puede cambiar el pimentón ahumado por chile chipotle. Como siempre, la mezcla la debéis adaptar a vuestros gustos. Hay quien le pone cayena, pero yo creo que los chiles le aportan ya suficiente picante.
   Y seguro que muchos podéis pensar para qué narices sirve esta mezcla de especias, pues por ejemplo forma parte del "rub" de barbacoa que compartí hace tiempo en Instagram, tambien es bueno para preparar el famoso chilli, con verduras, huevos, ensaladas o incluso en algunos postres.

   En el caso de que os resulte complicado conseguir los chiles, que no creo, os dejo otra opción  bastante más sencilla de esta mezcla, que sería 2 Tbsp. de pimentón, 1/2 tsp de pimentón ahumado (si es de La Vera, pues bastante mejor), 1/2 tsp de cayena, 1 tsp de comino, 1/2 tsp de orégano, 1 tsp de ajo molido, 1/2 tsp de cebolla molida y 1/2 tsp de cilantro.
   Como veis, hay muchas mezclas posibles, por lo que dad rienda suelta a la imaginación.

Apuntes:
  Ya sabéis que me encantan las especias, que a ver, no es que entienda mucho, pero poquito a poco me voy haciendo con ellas. Lo bueno de tener una buena colección es que casi siempre puedo preparar las mezclas en casa, ya que suelo tener de todo y lo mejor, que haciéndolo en casa, adaptas el sabor a los gustos que tienes ¡Y para colmo es muy entretenido!

Antes de que se me olvide (esto es editado, ya que se me olvidó cuando subí la mezcla esta, jejeje), os dejo otra mezcla en la que poder usar el chili powder, que es un "rub" de barbacoa, así no hago otra entrada solo con esto, que os voy a marear con tanta entrada de especias.
Rub para barbacoa:
- 1/4 cup de paprika.
- 2 Tbsp. de azúcar moreno.
- 2 Tbsp de comino.
- 2 Tbsp de sal.
- 2 Tbsp de pimienta negra.
- 2 Tbsp de ajo molido.
- 2 Tbsp de chilli powder.
- 1 Tbsp de mostaza.
- 1 Tbsp de cayena.
Mezclar todos los ingredientes y guardar en un bote bien cerrado hasta su uso.
Todos los ingredientes son molidos y ya sabéis que una "Tbsp" son 15 ml y que el cuarto de taza (cup) son 60 ml. También decir que el grado de picante lo dais poniendo a vuestro gusto la cayena. Y como siempre, comentar que estas mezclas que pongo las podéis adaptar a vuestros paladares.
 

   Y ahora una cosa importante, además de una curiosidad, no siempre el "chilli powder" es lo mismo, depende de la receta, del origen de la receta... Es que os cuento, durante una buena temporada a veces veía recetas que lo pedían, pero también veía que pedían poner cayena y siempre me preguntaba el motivo por el que pedían el "chilli powder", que a ver, lo lees y lo traduces automático por "polvo de chile" y también pedían poner cayena, que también era chile, hasta que un día me dio por profundizar un poco y por fin vi la diferencia:
   Por ejemplo, cuando vemos una receta de India y pone entre los ingredientes "chilli powder", se refiere a chiles molidos, sin adulterar con otros ingredientes, puede ser cayena u otro tipo de ají, pero siempre puro. Sin embargo, cuando leemos una receta cuyo estilo es de cocina "Tex-Mex" y entre los ingredientes pida usar "chilli powder", se referirá a la mezcla que hoy estoy compartiendo con vosotros (bueno, con esta o la que más os guste a vosotros). Y en este caso, el matiz de sabor lo dará el tipo de chile que usemos, por ejemplo, si buscáis un sabor plano, pues con cayena se encuentra, si queréis un punto ahumado, el Morita se lo da, pero también el Chipotle, si lo que queréis es aportar un punto afrutado, el Ancho es genial para eso, ya que tiene toques de ciruela y pasas. Lo dicho, al gusto.

   Y antes de publicar la entrada, otra cosa que siempre se me olvida decir y es que yo no tuesto las especias cuando hago la mezcla, no tiene sentido potenciar esos sabores para después guardar todo en un bote a la espera de ser usado. En mi caso, prefiero añadir las especias sin tostar cuando el propio calor del guiso hará que suelten todos los aromas. Por el contrario, cuando las especias van en una preparación en crudo, puede ser buena idea darles un punto de tostado antes de añadirlas, para que esos aromas se potencien. Lo sé, me acabo de explicar bastante mal, pero en mi cabeza todo tiene sentido...
   En fin, voy a ver si me organizo para poder publicar de una vez o la ternera glaseada o el "jambalaya" criollo, que no cajún (que me gusta un poco menos, aunque también está impresionante) o una riquísima tarta de chocolate. Y es que a pesar de tener las entradas escritas en el blog desde el año uno, no tengo fotos para ilustrarlas y siempre que preparo las recetas en casa, pasa algo (normalmente son las prisas) para que no saque la cámara.

   Nos vemos en unos días... ¡Feliz semana a todos!

jueves, 4 de octubre de 2018

Mezcla para pasta o pizza.


Ingredientes:
- 2 cucharadas de pimiento verde deshidratado molido.
- 1 cucharada de mejorana.
- 1/2 cucharada de tomate deshidratado molido.
- 1/2 cucharada de orégano.
- 2 cucharaditas de albahaca.
- 1 cucharadita de ajo molido.
- 1 cucharadita de semillas de mostaza amarilla.
- 3/4 cucharadita de enebro molido.
- 1/4 cucharadita de pimienta negra molida.
Elaboración:
   Mezclar todos los ingredientes en un bote y guardar en un sitio fresco y seco.
   Como idea de uso, espolvoreado en las pizzas les da un sabor algo diferente. También en sandwich de queso queda buenísimo y para acompañar pastas.

Notas:
   Esta vez, como pasa con las mezclas de especias que suelo subir la blog, hay más cosas en este apartado que en la elaboración. Pero bueno, es lo normal.


   En esta foto podéis ver de izquierda a derecha y de arriba a abajo las especias que lleva la mezcla. Como siempre, me gusta poner una foto para que se vean las proporciones por si a estas alturas todavía no os habéis comprado un juego de cucharas medidoras. Os recuerdo que las cucharadas tienen 15 ml y las cucharitas son de 5 ml. Lo digo para que os hagáis una idea, aunque ya sabéis que llevo recomendando desde hace mucho tiempo que lo mejor es que os hagáis con un juego de cucharas y otro de tazas, que las hay muy baratitas y siempre viene bien tenerlas.

   Como podéis ver, esta mezcla no lleva nada raro, es más, desde que beber ginebra se convirtió en "eche usted lo que quiera dentro", en muchas casas hay enebro, que por cierto, le va genial al cordero, al pollo, a una salsa de tomate, espolvoreada en la pizzas o algo tan simple como aromatizar sal, a la que tan solo tendremos que añadir enebro machacado y listo.

   Sí, tanto el pimiento como el tomate lo deshidrato yo en casa, ya que también hace algún tiempo que madre me regaló una magnífica deshidratadora y que por desgracia este año, por no estar en el pueblo en temporada de huerto, no la he podido usar. Me voy apuntando lo que me hace falta, para así cuando es la temporada, la saco y le meto caña. Pero vamos, que no hace falta tener a "Deshi", ya que en el horno se puede hacer perfectamente o también se pueden comprar los tomates y pimientos deshidratados.

Apuntes:
   Si estás leyendo esto es que ganó el "sí" en la encuesta que hice en Instagram preguntando si publicaba la receta de esta mezcla. La verdad es que llevo ya unos añitos haciéndola en casa. Os cuento que yo la descubrí en la tienda de Yuli cuando me vine a vivir a Madrid. Bueno, descubrí la mezcla, a Yuli y su tienda (fue la primera tienda de especias que conocí). Allí hablando un día me dijo los ingredientes que llevaba este mix guardándose el secreto de las proporciones (cosa lógica) y al llegar a casa me puse manos a la obra, me hice mi propia mezcla y desde entonces la hago con las cantidades que os he puesto. Esto lo digo para que sepáis que la podéis modificar a vuestro gusto, poniendo y quitando a vuestro antojo.

   En fin, que hoy no me enrollo con esto, tan solo decir que espero que os animéis a hacer este "mix" de especias que le dará un puntazo a muchos de vuestros platos.

   Nos vemos en unos días... ¡Feliz semana a todos!







jueves, 27 de septiembre de 2018

Gua Bao y Baozi o pan relleno


Ingredientes:
*Para la masa:
- 250-300 gr de harina de todo uso.
- 50 gr almidón de maíz.
- 25 gr de azúcar.
- 20 gr de leche en polvo.
- 6 gr de levadura fresca de panadero.
- 1/2 tsp. de impulsor químico.
- 1 clara de huevo M.
- 150 gr de agua.
- 25 gr de mantequilla.
- 1/2 tsp. de sal.

* Para el relleno:
- 250 gr de ternera, cerdo o pollo picado.
- 2 seta shitake.
- 70 gr zanahoria en brounoise.
- 1/2 cebolla en brounoise.
- 2 chalotas picadas.
- 15 ml. de aceite de oliva virgen extra.

* Para la salsa:
- 1 tbsp. de salsa de soja.
- 1/2 tsp. de azúcar moreno.
- 1/2 tsp. de sal.
- 1/2 tbsp. de aceite de sésamo.
- 1/3 tsp. de pimienta blanca molida.
- 1 tbsp. de Maizena.
Elaboración:
   Para preparar la masa, debes mezclar la harina y el almidón de maíz (Maizena), el azúcar, la leche en polvo, la levadura y el impulsor químico. Añade en el bol la clara y el agua hasta que quede una mezcla suave. Incorpora la mantequilla y la sal y amasa hasta que tengas una masa elástica. Deja reposar bien tapado hasta que doble su tamaño inicial.
   Mezcla todos los ingredientes de la salsa y reserva. Mientras que la masa sube, ve preparando el relleno, para que le de tiempo a enfriarse.
   En una sartén, cocina todas las verduras (no olvides que la seta shitake hay que rehidratarla antes, suponiendo que no la utilices fresca) hasta que queden más o menos tiernas. Añade la ternera o el pollo picado y cocina hasta que deje de estar crudo. En ese momento, añade la salsa que tenías reservada y deja cocinar unos 5-10 minutos, dependiendo de lo hecho que lo quieras.
   Cuando la masa haya levado, saca del bol y amasa un poco para desgasificarla, ya que queremos que quede muy lisa. Haz un rulo con toda la masa y divide en 12-24 trozos. Haz bolitas de unos 50-25 gr y tapa para que no se sequen mientras que los vas formando.
   Con ayuda de un rodillo, estira cada trozo de masa de forma circular, enharinando un poco la encimera para que no se peguen. Pon dentro un poco del relleno, que ya debe haber enfriado y cierra haciendo un saquito. Pon cada uno de los bollitos en la vaporera, encima de un trozo de papel de horno y deja que vuelvan a levar, aunque no se deben llegar al límite, siempre tapados para que la masa no genere costra.
   Cuando hayan subido (no es necesario que doblen el tamaño), pon agua a hervir en la vaporera y una vez que arranque el hervor coloca los baozis y deja que se hagan entre 14-18 minutos, dependiendo del tamaño. Para que cuando estén listos no se bajen, antes de sacarlos, destapa un poquito la vaporera y deja un minutillo dentro.

Notas:
   Tal vez parezca complicado de hacer al ver tantos ingredientes, pero con un poco de orden será muy sencillo. Y por supuesto, si no tenéis alguno de los ingredientes a mano, se cambia por otro o no se pone. Y dicho esto, vamos al lío.


    Empiezo explicando el tema masa. Como podéis ver, pongo que se puede usar entre 250-300 gr. y es que dependiendo de la harina que utilicéis, os pedirá añadir más o menos. Mi consejo es que empecéis con la menor cantidad, hagáis la masa y si veis que hace falta más, la vayáis añadiendo poco a poco. Es importante que la masa se trabaje bien. Cada vez más, todos tenemos un Mercadona cerca, por lo que una buena opción es mezclar los dos tipos de harinas blancas que tiene, una con paquete blanco y azul y la otra con paquete blanco y rojo, pero con una harina de repostería irá también genial.
   Como le decía el otro día a una amiga (le pasé la receta), si no tenéis leche en polvo no pasa nada, se quita  y no se pone o si os apetece,  en su lugar, en vez de poner 150 gr de agua, ponéis 100 gr de agua y 50 gr de leche.
La masa de la foto lleva 275 gr de harina, para que os hagáis una idea de como queda, con un punto pegajosete, pero que se manipula muy bien antes de rematar el amasado del todo.


   En esta foto podéis ver el tamaño de las verduras que se utilizan, aunque bueno, tal vez en la foto parezcan más grandes de lo que están en realidad...


   Como digo en la elaboración, no hace falta que estén las verduras muy hechas, con que pierdan la "tiesura" sobra, ya que después se siguen haciendo.


   Con la carne pasa igual, lo que buscamos es que no esté cruda.


   La salsa es lo que le da sabor al relleno, por lo que si queréis mucho sabor, sed generosos. La cantidad que pongo yo es para que no quede muy potente, ya que a todos estos sabores se tiene que enseñar uno y no molaría que les hicierais la cruz por un sabor muy fuerte.Lo que sí es importante es que se cocine un ratito, para que la carne y verduras cojan el sabor bien.
   También decir que el relleno, aunque ya lo he comentado, debe estar frío, para que no nos eche a perder la masa.


   La mejor forma de mantener las bolitas de masa para que no críen esa pielecilla que endurece es taparlas con un papel film o bolsa de plástico mientras que se van estirando y rellenando.


   Ese es el tamaño que tiene una porción de masa de 50 gr. Aquí sí os digo que perfectamente podéis hacer baozis de menos tamaño para que sean más de dos bocados. Saldrán 12 unidades de 50 gr o 24 unidades si los hacéis de 25 gr (lo sé, la cuenta es absurda, pero nunca se sabe).


   No sé si se puede observar en la foto, pero en el centro dejo como un pequeño montículo en el que va el relleno, de esa forma si suelta algo de jugo, habrá más masa para que no "empapuche" el culo. No digo el diámetro que tiene, ya que eso será al gusto, dependiendo de como os guste. si con más o menos pan alrededor del relleno.


   La cantidad de relleno da perfectamente para esos 12  o 24 baozis, aunque al principio os pueda parecer mucho, si se reparte bien el relleno no sobrará nada. Como mucho una cucharadita para poder probarlo.


   Una vez que está el relleno en el centro, se va cerrando la masa para que quede dentro. Se puede hacer de dos formas, o cerrando entero el baozi, como en esta foto...


   O como en esta, dejando como una pequeña "chimenea", de las dos formas queda bien. Disculpad los baozis, pero es que entre hacer las fotos y formar estos bichos se me iba la masa de madre (buen momento para decir que siempre se le puede poner algo menos de levadura, dependiendo del calor que haga, la prisa que tengamos y esas cosas).


   Llega la hora de explicar como hacer el gua bao: como se puede ver es tan sencillo como coger una porción de esa masa y estirarla en plan óvalo. Recordad enharinar la encimera si creéis que la masa se puede pegar.


    Una vez que está estirado, se pliega sobre sí mismo, poniendo un papel en medio (normalmente los corto perfectos, pero este estaba en la bolsa de "papeles mal cortados para emergencias", que aquí no se tira nada) para que no se pegue la doblez.
Estos panecillos (es el que está de foto principal) sirven para rellenar de lo que nos venga en gana, desde un cerdo confitado, hasta una ensalada, pasando por unos calamares fritos y ajoaceite.


   Tal vez un día cuente la historia de la vaporera de bambú que tenía y no aparece por ningún lado, pero ahora no es el momento, por lo que si no tenéis ese tipo de vaporera (por lo que es buena es por no condensar, no por otra cosa), se hace en una vaporera de toda la vida o, como es mi caso, en el Varoma de la Infernal (Thermomix).
   No hace falta decir que no van a entrar todos de golpe, a no ser que tengáis una vaporera industrial, por lo que lo suyo es que mientras que unos se hacen, los que esperan turno estén tapados.
Con respecto al tiempo, depende siempre del tamaño que los hagáis. Yo, para baozis de 50 gr lo suelo dejar unos 18 minutos, los de 25 gramos con poco más de 14 minutos van a quedar perfectos. Eso es algo que ya debéis hacer a vuestro gusto.


   Tranquilos, que cuando los prepare un fin de semana y tenga quien me haga las fotos en casa, haremos alguna para que se vea que pueden quedar muy chulos, pero como ya he dicho, no me daba la vida.
   En este caso, cuando terminé de formar el último puse el agua a calentar y cuando empezó a hervir, metí los primeros que tenía ya colocados en la vaporera. Y ya los fui haciendo todos de corrido.
Y se me olvidaba, ojito con ponerlos muy apretujados, que con el vapor crecen. Y otra cosilla, si los hacéis en la Infernal y habéis hecho baozis y gua baos, en la parte de abajo pueden ir de los primeros y en la bandeja de arriba de los segundos, que son más "planchetos".
Otra cosa, que se me había olvidado y me acordé ayer cuando contestaba a Esmeralda a una pregunta que me había heho en Instagram, si sobran y el día siguiente queréis volver a comerlos, basta con meterlos en el microondas, darles un golpe de calor y quedan perfectos. Y también congelan genial, por cierto.

 

Apuntes:
   Espero que los puristas de los baozis no me pongan verde cuando lean que pongo el relleno ya cocinado, pero es que es como más me gusta. Cuando los pongo en crudo el resultado me parece diferente, no es que estén malos, pero los prefiero como pongo en la receta.
   Los que me conocen algo, saben que la cocina oriental es una de mis favoritas y estos bollos rellenos son un clásico en casa. Como he dicho en el apartado de notas, aunque en principio puedan parecer liosos, de hacer, no es así. Es sencillísimo a poco que tengáis ganas de prepararlos.

   Ayer hice una encuesta de esas de Instagram (me estoy yo enganchado a esas cosas) y ganó la opción de que la publicase, por lo que aquí estoy yo tan feliz (Maypi, espero que no estés leyendo esto, ya que votaste que no, so modorra). Estoy viendo como hacer vídeos cortitos para subirlos a esa plataforma y que queden medianamente aceptables, ya que los haría y editaría con el teléfono y no sé yo... También quiero retomar el canal de YouTube, pero para eso sí que me hace falta mi mano derecha y cada vez que lo comento silba mirando como si la cosa no fuera con él.

   Por cierto, ¿qué tal el verano? El mío bastante tranquilo, Madrid, el pueblo unos días, Pontevedra y Matalascañas.


   Al pueblo tuve que ir a "arreglar" unos asuntillos, pero solo salí de casa para tres cosas, una, para ir a casa de"Lamparito", que por cierto, nos dieron las mil cascando en el patio, otra para ir a la viña, ya que tenía que ver si las ciervas habían hecho de las suyas y otra para ir a ver a Miguel y charlar un rato mientras que nos tomábamos el estupendo aperitivo que me preparó.


   En Pontevedra básicamente me he dedicado a comer, salir de noche, ya que eran las fiestas de La Peregrina y hacer turismo a mi estilo por las mañanas, que las tenía bastante libres, la verdad. La foto está hecha desde fuera del Arco de la "Praza da Pedreira". Hay mil rincones por los que perderse en esa ciudad, aunque sí digo que las fotos en invierno tienen más encanto, al estar casi de continuo la piedra mojada y en muchas ocasiones, con verdín.


   En Matalascañas ha tocado playa (poca, la verdad), pero sí muchos ratos de piscina con los trastos de mis sobrinos, paseos todas las tardes, cerveza con muchos chicharrones y por supuesto, para no perder la tradición, la visita a El Rocío para visitar la ermita (siempre he dicho que el que inventó esa palabra debería haberle puesto una "h", que viste más). La foto es en la "sala de las velas", que está situada a la derecha del Santuario siempre mirando hacia él. Curioso el "jarrón" en el que alguien dejó su ofrenda de flores.


   Y para rematar la temporada veraniega, vuelta al pueblo, esta vez para vendimiar, cosa que normalmente hacemos toda la familia junta, aunque siempre hay alguien que se escaquea. Mira que le decía a Carlota que iba a llevar la caja más cómoda si la agarraba del asa, pero ella decía que como solo era un momentito así la llevaba bien.
   La verdad es que es un día que yo disfruto mucho, ese y el del día que toca hacer el aguardiente, aunque eso ya os lo contaré en otra ocasión, que por hoy ya está bien de rollo.

   En fin, a ver si retomo el blog, ya que es una cosa que me encanta, retomo el canal de YouTube, aunque ya digo que para eso necesito a mi mano derecha, que es el artista realmente y también los vídeos cortitos para Instagram (si no me seguís os perdéis cosillas interesantes y simpáticas o tener que aguantarme, según se mire...).

Nos vemos en unos días... ¡Feliz semana a todos!