Ingredientes:
- 1 lima.
- 2 cucharadas de azúcar moreno.
- Hielo.
- Cachaça.
Elaboración:
En un vaso "on de rock", ponemos la lima cortada en pedacitos, el azúcar moreno, y con un mazo, lo machacamos... ( yo sigo machacando con mis claves...), sacando el jugo de las limas.
Llenamos el vaso de hielo... Podéis poner hielo pilé o hielos de toda la vida, os recomiendo esos... Y llenamos el vaso con cachaça, no olvidéis mover el cóctel de abajo a arriba... Cuestión de mezclar aromas y sabores... una cuchara mezcladora y a mezclar todo, sin prisas...
Una pajita, cañita o sorbete, como queráis llamarlo y a disfrutar!!!
Espero que os guste, la receta es para uno... Ahhhhhh, no olvidéis quitar la parte blanca a la lima, porque amarga como los mil demonios...
Jamás escuché tantas versiones de la "chica de Ipanema" como hoy... Cuestión de ambientación....
Nos vemos el domingo, con una receta nueva, esta vez de postre, lo sé, el domingo no publiqué ninguna, pero sé que me váis a comprender, después de casi un año poniendo mis recetillas, necesitaba unas pequeñas vacaciones...
Espero que disfrutéis de estos días, yo, os aseguro que lo haré...
Feliz semana a todos, nos vemos en nada...
martes, 23 de agosto de 2011
domingo, 14 de agosto de 2011
Carrillada de ibérico a la vainilla.
Ingredientes:
- 4 carrilladas de cerdo ibérico.
- 1 cebolla grande.
- 1 zanahoria grande.
- 1 hoja de laurel.
- 1/4 litro de vino tinto.
- 1/4 litro de caldo de carne.
- 1 vaina de vainilla.
- Sal.
- Pimienta.
- Aceite de oliva virgen extra.
Elaboración:
Salpimentamos y enharinamos las carrilladas, sofriendolas en una olla a la que habremos puesto un chorrito de aceite de oliva y lo apartamos.
Picamos las verduras en brunoisse y las salteamos en la misma olla ( si hace falta, añadís un poco más de aceite ). Cuando estén un poco pochadas, ponéis de nuevo las carrilladas y añadís el vino tinto, y dejáis que reduzca.
Añadimos el caldo de carne, que habremos calentado antes, la hoja de laurel y las semillas que están en el interior de la vaina de vainilla, y salpimentamos.
Habrá que dejarlo cocer unas dos horas, y antes de servir, os sugiero que paséis la salsa por un chino, así quedará mas suave.
Notas:
La única nota es que no hagáis lo que hice yo, no sé las veces que habré hecho esta receta, pero siempre hay una primera vez para meter la pata en algo. Si observáis, la salsa parece que se puede cortar con cuchillo, y tiene una explicación, después de casi rematar la receta, saqué mi chino del mueble y antes de pasar la salsa, fui a cambiar la música que tenía puesta y al volver a la cocina qué hice?, pues volver a abrir el mueble, sacar la batidora y pasar por ella la salsa!!!... Mi cara tuvo que ser digna de una foto al mirar al lado y ver el chino, y por supuesto lo que grité fue digno de ponerle 2 rombos...
En fin, un desastre tras otro, porque no contenta con eso, puse la salsa en la olla y qué hice?, pues echar las carrilladas dentro, con lo que terminaron embadurnaditas de esa espesa salsa!!! En ese momento dije, se acabó, hago una foto para que se vea el gambazo del siglo y me pongo a comer!!!
La foto no hace justicia al sabor, os lo aseguro, el día que la hagáis no olvidéis que la salsa va pasada por un chino, no por una batidora...
Apuntes:
Menos mal que el vino me hizo olvidar el gran desastre mundial ( por el aspecto digo, porque el sabor era insuperable.. )
Lo primero que me gustó de este vino fue el color "picota" que presentaba ( la picota, por si alguien no lo sabe, es una cereza, y que no se enfade nadie si digo que las mejores están en Extremadura... ), y al volcar la copa se aprecia un color granate precioso.
En nariz, lo que más resalta es su toque de ciruelas en compota y un toquecito de café, los demás aromas los dejaremos para otra vez que lo beba, apuntados los tengo en mi libreta, para ver si se repiten en la próxima botella...
Y en boca, es un vino muy suave, con unos taninos que no "raspan", seguro que os gusta, incluso si no sois muy amantes del vino, tal vez para mí pecó de dulzón, pero el conjunto muy bueno. Ahhh, esta vez, la vainilla estaba en el plato, por lo que ni me preocupé de ella en la copa...
Y ha pasado una semana más, y con ella estamos ya a mediados de Agosto, el verano pasa volando, tal vez demasiado deprisa para mi gusto, básicamente porque sigo teniendo un color de mes de Marzo, pero bueno, mi piel lo agradecerá... Y eso que empecé con muy buenos propósitos, pero entre los días de trabajo, que son 5 a la semana, que llegas a casa y lo que apetece es relajarse, mis días de descanso, que si he ido a un sitio, he ido a otro y tal, blanquita estoy...
Y este nuevo descanso tampoco creo que vaya a la playa, voy otra vez a Matalascañas, tenemos "quedada de hermanas", y la verdad, a no ser que mis sobrinillos me lleven arrastrando a la playa o a la piscina, no creo que me de mucho el sol... Me podréis encontrar, o en La Bodeguita, o en la terraza de mi casa... Por cierto, desde aquí pido perdón a mis vecinos, porque me da que hasta que nosotras no nos vayamos a dormir, ellos tampoco dormirán...
Un saludo enorme a todos y nos vemos la semana que viene, que toca de nuevo receta, por cierto, aun no sé la receta que pondré, todo depende de lo que me apetezca comer durante la semana... Ahhh, cuando vuelva a hacer esta receta, prometo poner un "anexo" con la foto de como debe quedar ...
Hasta pronto!!!
- 4 carrilladas de cerdo ibérico.
- 1 cebolla grande.
- 1 zanahoria grande.
- 1 hoja de laurel.
- 1/4 litro de vino tinto.
- 1/4 litro de caldo de carne.
- 1 vaina de vainilla.
- Sal.
- Pimienta.
- Aceite de oliva virgen extra.
Elaboración:
Salpimentamos y enharinamos las carrilladas, sofriendolas en una olla a la que habremos puesto un chorrito de aceite de oliva y lo apartamos.
Picamos las verduras en brunoisse y las salteamos en la misma olla ( si hace falta, añadís un poco más de aceite ). Cuando estén un poco pochadas, ponéis de nuevo las carrilladas y añadís el vino tinto, y dejáis que reduzca.
Añadimos el caldo de carne, que habremos calentado antes, la hoja de laurel y las semillas que están en el interior de la vaina de vainilla, y salpimentamos.
Habrá que dejarlo cocer unas dos horas, y antes de servir, os sugiero que paséis la salsa por un chino, así quedará mas suave.
Notas:
La única nota es que no hagáis lo que hice yo, no sé las veces que habré hecho esta receta, pero siempre hay una primera vez para meter la pata en algo. Si observáis, la salsa parece que se puede cortar con cuchillo, y tiene una explicación, después de casi rematar la receta, saqué mi chino del mueble y antes de pasar la salsa, fui a cambiar la música que tenía puesta y al volver a la cocina qué hice?, pues volver a abrir el mueble, sacar la batidora y pasar por ella la salsa!!!... Mi cara tuvo que ser digna de una foto al mirar al lado y ver el chino, y por supuesto lo que grité fue digno de ponerle 2 rombos...
En fin, un desastre tras otro, porque no contenta con eso, puse la salsa en la olla y qué hice?, pues echar las carrilladas dentro, con lo que terminaron embadurnaditas de esa espesa salsa!!! En ese momento dije, se acabó, hago una foto para que se vea el gambazo del siglo y me pongo a comer!!!
La foto no hace justicia al sabor, os lo aseguro, el día que la hagáis no olvidéis que la salsa va pasada por un chino, no por una batidora...
Apuntes:
Menos mal que el vino me hizo olvidar el gran desastre mundial ( por el aspecto digo, porque el sabor era insuperable.. )
Lo primero que me gustó de este vino fue el color "picota" que presentaba ( la picota, por si alguien no lo sabe, es una cereza, y que no se enfade nadie si digo que las mejores están en Extremadura... ), y al volcar la copa se aprecia un color granate precioso.
En nariz, lo que más resalta es su toque de ciruelas en compota y un toquecito de café, los demás aromas los dejaremos para otra vez que lo beba, apuntados los tengo en mi libreta, para ver si se repiten en la próxima botella...
Y en boca, es un vino muy suave, con unos taninos que no "raspan", seguro que os gusta, incluso si no sois muy amantes del vino, tal vez para mí pecó de dulzón, pero el conjunto muy bueno. Ahhh, esta vez, la vainilla estaba en el plato, por lo que ni me preocupé de ella en la copa...
Y ha pasado una semana más, y con ella estamos ya a mediados de Agosto, el verano pasa volando, tal vez demasiado deprisa para mi gusto, básicamente porque sigo teniendo un color de mes de Marzo, pero bueno, mi piel lo agradecerá... Y eso que empecé con muy buenos propósitos, pero entre los días de trabajo, que son 5 a la semana, que llegas a casa y lo que apetece es relajarse, mis días de descanso, que si he ido a un sitio, he ido a otro y tal, blanquita estoy...
Y este nuevo descanso tampoco creo que vaya a la playa, voy otra vez a Matalascañas, tenemos "quedada de hermanas", y la verdad, a no ser que mis sobrinillos me lleven arrastrando a la playa o a la piscina, no creo que me de mucho el sol... Me podréis encontrar, o en La Bodeguita, o en la terraza de mi casa... Por cierto, desde aquí pido perdón a mis vecinos, porque me da que hasta que nosotras no nos vayamos a dormir, ellos tampoco dormirán...
Un saludo enorme a todos y nos vemos la semana que viene, que toca de nuevo receta, por cierto, aun no sé la receta que pondré, todo depende de lo que me apetezca comer durante la semana... Ahhh, cuando vuelva a hacer esta receta, prometo poner un "anexo" con la foto de como debe quedar ...
Hasta pronto!!!
lunes, 8 de agosto de 2011
Salmonetes con piñones
Ingredientes:
- 4 salmonetes de ración.
- 2 cebolletas.
- 1/2 vaso de vino blanco.
- Piñones.
- Perejil fresco.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
- Agua.
Elaboración:
Limpiamos bien los salmonetes, sacamos los filetes y los salamos. Pondremos una olla al fuego y haremos un caldo con las cabezas, espinas, unas ramitas de perejil, sal y agua.
Las cebolletas las cortalemos en juliana y la pocharemos a fuego suave, y cuando esté transparente, añadimos el vino blanco y reducimos.
Untaremos una placa con un chorrito de aceite, pondremos la cebolleta pochada por encima y le añadiremos los piñones. Lo regamos con un chorrito de caldo de pescado y lo meteremos en el horno, a 200º unos 8 minutos más o menos y directos al plato.
Notas:
Los salmonetes os los pueden arreglar en la pescadería, eso sí, no olvidéis decir que os den también las cabezas y las espinas, porque serán necesarios para hacer el caldo, aunque si no os queréis complicar, siempre os queda comprar uno de esos brick con un contenido de color raro, al que llaman "caldo de pescado".
Algo raro?, pues claro, si se reduce algo la salsita queda mucho mejor, pero si observáis la foto, yo no lo hice, por un sencillo motivo, era muy tarde y como iba un poco acelerada, se me pasó, ya he dicho en alguna ocasión que las prisas no son buenas consejeras en la cocina.
Apuntes:
Y para este plato, un rico vino blanquito de Somontano, con una de mis uvas preferidas, la Chardonnay...
Aunque en la foto no se aprecie, tenía al observarlo un color amarillo pajizo, con un ligero toque verdoso al "volcar" un poco la copa.
Un vino sin aromas complejos, de esos que no llegas a encontrar, por mucho que te insistan, un poco floral y un toque de fruta, manzana, para ser más exacta, con un toque algo "meloso", aunque tengo que decir algo, os queréis creer que, una de las veces que me llevé la copa a la nariz, me trasladó al patio de mi casa cuando mi padre corta el cesped? Vale, permito que penséis que soy rara, pero es cierto...
En boca, pues un vino muy agradable a la hora de beber, con una acidez que no molesta en ningún momento y equilibrado. Es otro de los vinos que recomiendo a todos ( eso sí, si esto lo estáis leyendo en el año 2018, no os olvidéis de algo importante, el beber una añada más actual... ).
Bueno, es tardísimo, estamos a caballo entre el domingo y el lunes y mañana me toca madrugar, por eso creo que es hora de dar al "publicar entrada" y retirarme a mis aposentos. Como siempre, no olvidéis que el domingo que viene nos vemos de nuevo por esos lares... Mi gin-tonic ha tocado a su fin, ya no hay excusas, voy a descansar unas horitas.
Feliz semana a todos y... Hasta el domingo que viene!!!
P.D.- Hasta el domingo si no me da por poner algo antes, claro, que nunca se sabe...
jueves, 4 de agosto de 2011
Margarita
Ingredientes:
- 3 partes y media de tequila.
- 2 partes de Cointreau.
- 1 parte y media de zumo de limón.
Elaboración:
Ponemos en un plato zumo de limón exprimido, y mojamos la copa, en otro, ponemos sal y pasamos el borde de la copa. En una coctelera ponemos todos los ingredientes ponemos unos cubitos de hielo y la agitamos muy bien. Servimos y a disfrutar!!!
Ayer disfruté de unos Margaritas en Matalascañas, acompañada con la mejor compañía que se puede tener... Los papis... Me lo pasé "bomba" con ellos, mi padre, al principio, dijo que no le gustaba, pero según bebía, más le iba gustando, eso sí, dijo que le quitaría la sal del borde de la copa, mi madre, no puso pegas, es de las mías, no le hace ascos a casi nada, a eso hemos salido a mi abuela, materna claro, que siempre está dispuesta a probar cosas nuevas... Un beso desde aquí lala, aunque seguro que esto no lo verás...
Un fantástico cóctel, ideal para antes de comer, eso sí, cuidadín, porque como os coléis, no llegaréis a comer, a mí me costó trabajo, y la siesta que me pegué fue de órdago!!!
A disfrutar del verano, ya estéis cerca de la playa como yo, o no.
Mil saludos desde Málaga, aunque todo sea dicho, no me importaría lo más mínimo estar aun en Matalascañas con mis padres... Nos vemos el domingo con la nueva receta?
Un saludo a todos!!!
- 3 partes y media de tequila.
- 2 partes de Cointreau.
- 1 parte y media de zumo de limón.
Elaboración:
Ponemos en un plato zumo de limón exprimido, y mojamos la copa, en otro, ponemos sal y pasamos el borde de la copa. En una coctelera ponemos todos los ingredientes ponemos unos cubitos de hielo y la agitamos muy bien. Servimos y a disfrutar!!!
Ayer disfruté de unos Margaritas en Matalascañas, acompañada con la mejor compañía que se puede tener... Los papis... Me lo pasé "bomba" con ellos, mi padre, al principio, dijo que no le gustaba, pero según bebía, más le iba gustando, eso sí, dijo que le quitaría la sal del borde de la copa, mi madre, no puso pegas, es de las mías, no le hace ascos a casi nada, a eso hemos salido a mi abuela, materna claro, que siempre está dispuesta a probar cosas nuevas... Un beso desde aquí lala, aunque seguro que esto no lo verás...
Un fantástico cóctel, ideal para antes de comer, eso sí, cuidadín, porque como os coléis, no llegaréis a comer, a mí me costó trabajo, y la siesta que me pegué fue de órdago!!!
A disfrutar del verano, ya estéis cerca de la playa como yo, o no.
Mil saludos desde Málaga, aunque todo sea dicho, no me importaría lo más mínimo estar aun en Matalascañas con mis padres... Nos vemos el domingo con la nueva receta?
Un saludo a todos!!!
domingo, 31 de julio de 2011
Gazpacho
Ingredientes:
- 1 kg. de tomates.
- 1/4 cebolla mediana.
- 1 pimiento verde.
- 1/4 de pimiento rojo.
- 1/2 pepino.
- 1 ajo.
- 2 dl. de agua fría.
- Un buen chorro de aceite.
- Sal al gusto.
- Vinagre al gusto.
Elaboración:
Lavamos los tomates, pimientos y pepino. En el vaso de la batidora, ponemos los tomates troceados, el ajo ( no olvidéis quitar el tallo interior), la cebolla, el pepino y los pimientos troceados y el aceite, batiendo todo el conjunto muy bien, añadimos el vinagre, la sal y el agua y volvemos a batir muy bien, hasta que todo quede ligado.
Pasamos toda la mezcla por un chino, para que quede todo muy fino y las pieles y las semillas se queden en él. Lo rectificamos de sal y vinagre y lo metemos en el frigorífico, para que esté bien frío.
Notas:
Si os gusta, podéis añadir un trozo de pan empapado en agua antes de batir todo el conjunto, yo no se lo pongo, la verdad, el pan lo dejo para el salmorejo.
Como guarnición, pues a elección "del consumidor", normalmente la gente lo toma con tomate, pimiento, cebolla, pepino y pan muy picaditos, pero yo, al igual que el ajoblanco, lo acompaño siempre de tortilla, receta que por cierto, está en la entrada del ajoblanco, por si aun no sabéis hacerla.
Apuntes:
Esta semana no habrá vino comentado, porque con este plato, siempre tengo un vaso de agua en la mesa, aunque seguro que habrá algún vino que le vaya, es que ni me lo planteo...
Tenía pensado hacer otra receta, pero como tengo muchas cosas que hacer, decidí hacer algo rápido y fresquito para los días de calor que estamos teniendo en Málaga y que mejor que un estupendo gazpacho?
Mañana toca pegarse el madrugón y, al salir del trabajo, coger el coche y hacer una visita a mis padres a Matalascañas, mi padre me prometió una rica mariscada para el martes, y ante eso no hay quien se resista... Ante eso y ante el queso de La Serena y la Técula Mécula que me ha dicho están esperando para que me los traiga a Málaga...ya los estoy saboreando.
Vamos a ver si el mercado me permite hacer la receta que tengo pensada para el domingo que viene, seguro que no habrá problema, y por hoy no me enrollo más, que tengo que rematar una maleta antes de que llegue la hora de cenar...
Feliz semana a todos y hasta el domingo que viene sin falta... O tal vez antes... Mil saludos!!!
- 1 kg. de tomates.
- 1/4 cebolla mediana.
- 1 pimiento verde.
- 1/4 de pimiento rojo.
- 1/2 pepino.
- 1 ajo.
- 2 dl. de agua fría.
- Un buen chorro de aceite.
- Sal al gusto.
- Vinagre al gusto.
Elaboración:
Lavamos los tomates, pimientos y pepino. En el vaso de la batidora, ponemos los tomates troceados, el ajo ( no olvidéis quitar el tallo interior), la cebolla, el pepino y los pimientos troceados y el aceite, batiendo todo el conjunto muy bien, añadimos el vinagre, la sal y el agua y volvemos a batir muy bien, hasta que todo quede ligado.
Pasamos toda la mezcla por un chino, para que quede todo muy fino y las pieles y las semillas se queden en él. Lo rectificamos de sal y vinagre y lo metemos en el frigorífico, para que esté bien frío.
Notas:
Si os gusta, podéis añadir un trozo de pan empapado en agua antes de batir todo el conjunto, yo no se lo pongo, la verdad, el pan lo dejo para el salmorejo.
Como guarnición, pues a elección "del consumidor", normalmente la gente lo toma con tomate, pimiento, cebolla, pepino y pan muy picaditos, pero yo, al igual que el ajoblanco, lo acompaño siempre de tortilla, receta que por cierto, está en la entrada del ajoblanco, por si aun no sabéis hacerla.
Apuntes:
Esta semana no habrá vino comentado, porque con este plato, siempre tengo un vaso de agua en la mesa, aunque seguro que habrá algún vino que le vaya, es que ni me lo planteo...
Tenía pensado hacer otra receta, pero como tengo muchas cosas que hacer, decidí hacer algo rápido y fresquito para los días de calor que estamos teniendo en Málaga y que mejor que un estupendo gazpacho?
Mañana toca pegarse el madrugón y, al salir del trabajo, coger el coche y hacer una visita a mis padres a Matalascañas, mi padre me prometió una rica mariscada para el martes, y ante eso no hay quien se resista... Ante eso y ante el queso de La Serena y la Técula Mécula que me ha dicho están esperando para que me los traiga a Málaga...ya los estoy saboreando.
Vamos a ver si el mercado me permite hacer la receta que tengo pensada para el domingo que viene, seguro que no habrá problema, y por hoy no me enrollo más, que tengo que rematar una maleta antes de que llegue la hora de cenar...
Feliz semana a todos y hasta el domingo que viene sin falta... O tal vez antes... Mil saludos!!!
lunes, 25 de julio de 2011
Tarta de manzana
Ingredientes:
- 1 lámina de hojaldre.
- 3 yemas de huevo.
- 75 gr. de azúcar.
- 2 cucharadas de maizena.
- 1/2 litro de leche.
- La piel de un limón.
- 25 gr. de mantequilla.
- 2 ó 3 manzanas.
- 1 hoja de gelatina.
- 4 cucharadas de mermelada de albaricoque.
Elaboración:
Empezamos haciendo la crema pastelera. Hervimos la leche con la piel del limón y dejamos enfriar. Mezclamos las yemas, el azúcar y la maizena, y vamos añadiendo la leche poco a poco mientras que mezclamos bien. Lo ponemos al fuego, moviendo bastante a menudo y cuando comience a hervir lo apartamos y añadimos los 25 gr. de mantequilla y dejamos templar.
Ponemos el horno a 180º. La lámina de hojaldre la ponemos en un molde bajo, y la ponemos en el horno unos 10 minutos, para que el hojaldre se haga un poco. Mientras vamos laminando las manzanas.
Sacamos del horno y ponemos la crema pastelera, extendiendola bien, y encima vamos poniendo las manzanas laminadas, intentando que no se quede ningún hueco. Y volvemos a meter al horno, esta vez, hasta que veamos que las manzanas se han dorado.
Mientras, vamos preparando la gelatina de albaricoque. Hidratamos la hoja de gelatina en agua. En un cazo ponemos la mermelada y unas cucharadas de agua y movemos bien, añadimos la gelatina hidratada y disolvemos. Pasamos por un colador y con ayuda de una brocha pincelamos toda la superficie de la tarta para que tenga brillo.
Notas:
Las manzanas que suelo utilizar para esta receta son las reineta, pero si por cuaquier cosa no las encontráis, pueden valer unas golden, yo también las he utilizado y no queda mal.
Para que el hojaldre no suba en el horno tenemos dos opciones, o pincharlo o lo que yo hago, que es poner garbanzos encima mientras que lo horneo.
Otra cosita, la crema pastelera, una vez hecha, también la suelo pasar por un colador, porque así queda más fina.
Apuntes:
Con el calor que hace, además de agua, lo que apetece son bebidas que refresquen, y os aseguro que esto cumplió su objetivo...
Un riquísimo gin-tonic de Citadelle, al que añadí piel de naranja, cardamomo y unas bayas de enebro, que son tres de los botánicos que se utilizan para elaborar esta ginebra, aunque tengo que decir que otro día eché cilantro, que también se utiliza y quedó buenísima.
Es una ginebra muy suave, recomendable, al igual que la Pink 47, para los que os iniciáis en el mundo de este destilado.
Y por hoy, nada más, bueno sí, la foto de la tarta de manzana no es de hoy, ni de ayer, es una larga historia que ya os contaré otro día...
Feliz semana a todos, porque no os quejaréis, verdad?, empezó con un festivo... Felicidades a todos los Santiagos!!!
- 1 lámina de hojaldre.
- 3 yemas de huevo.
- 75 gr. de azúcar.
- 2 cucharadas de maizena.
- 1/2 litro de leche.
- La piel de un limón.
- 25 gr. de mantequilla.
- 2 ó 3 manzanas.
- 1 hoja de gelatina.
- 4 cucharadas de mermelada de albaricoque.
Elaboración:
Empezamos haciendo la crema pastelera. Hervimos la leche con la piel del limón y dejamos enfriar. Mezclamos las yemas, el azúcar y la maizena, y vamos añadiendo la leche poco a poco mientras que mezclamos bien. Lo ponemos al fuego, moviendo bastante a menudo y cuando comience a hervir lo apartamos y añadimos los 25 gr. de mantequilla y dejamos templar.
Ponemos el horno a 180º. La lámina de hojaldre la ponemos en un molde bajo, y la ponemos en el horno unos 10 minutos, para que el hojaldre se haga un poco. Mientras vamos laminando las manzanas.
Sacamos del horno y ponemos la crema pastelera, extendiendola bien, y encima vamos poniendo las manzanas laminadas, intentando que no se quede ningún hueco. Y volvemos a meter al horno, esta vez, hasta que veamos que las manzanas se han dorado.
Mientras, vamos preparando la gelatina de albaricoque. Hidratamos la hoja de gelatina en agua. En un cazo ponemos la mermelada y unas cucharadas de agua y movemos bien, añadimos la gelatina hidratada y disolvemos. Pasamos por un colador y con ayuda de una brocha pincelamos toda la superficie de la tarta para que tenga brillo.
Notas:
Las manzanas que suelo utilizar para esta receta son las reineta, pero si por cuaquier cosa no las encontráis, pueden valer unas golden, yo también las he utilizado y no queda mal.
Para que el hojaldre no suba en el horno tenemos dos opciones, o pincharlo o lo que yo hago, que es poner garbanzos encima mientras que lo horneo.
Otra cosita, la crema pastelera, una vez hecha, también la suelo pasar por un colador, porque así queda más fina.
Apuntes:
Con el calor que hace, además de agua, lo que apetece son bebidas que refresquen, y os aseguro que esto cumplió su objetivo...
Un riquísimo gin-tonic de Citadelle, al que añadí piel de naranja, cardamomo y unas bayas de enebro, que son tres de los botánicos que se utilizan para elaborar esta ginebra, aunque tengo que decir que otro día eché cilantro, que también se utiliza y quedó buenísima.
Es una ginebra muy suave, recomendable, al igual que la Pink 47, para los que os iniciáis en el mundo de este destilado.
Y por hoy, nada más, bueno sí, la foto de la tarta de manzana no es de hoy, ni de ayer, es una larga historia que ya os contaré otro día...
Feliz semana a todos, porque no os quejaréis, verdad?, empezó con un festivo... Felicidades a todos los Santiagos!!!
martes, 19 de julio de 2011
Solomillo al estilo "mudéjar"
Ingredientes:
- 2 solomillos de cerdo ibérico.
- 70- 100 gr. de nueces.
- 70- 100 gr. de dátiles.
- 2 tomates maduros.
- 1 zanahoria.
- 1 cebolla.
- 1 rama de apio.
- 1/4 litro de caldo de carne.
- 1/4 litro de vino blanco.
- 1 cucharadita de tomillo.
- 1 cucharadita de romero.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
- Pimienta.
Elaboración:
Abrimos los solomillos a lo largo, los salpimentamos y dentro de ellos ponemos las nueces y los dátiles. Los ponemos en la placa del horno o en una fuente y los untamos bien con aceite.
Partimos las verduras en dados y los ponemos encima de los solomillos, ponemos el romero y el tomillo por encima y echamos el caldo de carne y el vino.
Lo ponemos en el horno, a 160ª durante unos 40 minutos, dando la vuelta al solomillo de vez en cuando y regándolo con la salsa.
Una vez hecho, mantenemos los solomillos calientes y pasamos la salsa por la batidora. Rectificamos de sal y ponemos en un plato los solomillos cortados en rodajas y poniendo la salsa por encima.
Notas:
Para empezar, un consejo, cuidado con el apio, si nos pasamos estropearemos la salsa, es preferible quedarse corto en ese ingrediente.
Si la salsa os queda demasiado clara, se puede espesar con un poco de maizena, ya sabéis, un poco de agua y una cucharadita serán suficientes para darle la textura perfecta, dejaremos en una olla hasta que hierva un poco y espese.
La guarnición, lo que más os guste, yo lo acompaño con un "flan de patatas", es sencillo, engrasamos unos moldes y dentro ponemos patata y cebolla en juliana, y echamos nat líquida con un huevo batido, horno y listo. Yo lo pongo en el horno cuando les quedan unos 20 minutos de cocción a los solomillos.
Apuntes:
Esta vez no me he podido resistir, sabía que los sabores de el plato de hoy irían perfectos con un cava, y como desde ayer sabía que lo iba a cenar, lo metí con tiempo en el frigorífico...
Con una burbuja fina y creando una corona no muy intensa, pero suficiente para ser el cava que es, es un buenísimo acompañante.
Con un color amarillo... No llega a ser pajizo, se queda un toque por debajo. Como casi todos los cavas, presenta un fantástico aroma a levaduras, y no faltan los frutos secos, cosa que complementa muy bien al plato de hoy, no olvidemos que lleva nueces... En boca es muy fresco, pero eso tampoco sorprende.
No daré muchas vueltas a la receta de hoy y tampoco me enrollaré mucho, valeeeeee, todos sabemos que esta receta debería haber estado ayer como muy tarde en el blog, pero también sabréis que no he estado en Málaga, tocó visitar a los papis en Matalascañas y como comprenderéis, allí pasaba de cocinar, allí toca "servir" los pensamientos a papá, reirme con mi hermana y mi madre y echar un buen rato ( menos de lo que hubiera querido ) con un amigo... Ahhhhhhhhh, y tomar unas cervezas en La Bodeguita, espero que me disculpéis si no digo el número, no estaría bonito, con unos amigos que veo de verano en verano, algún día hablaré de ellos...
Y claro, que me enrollo, ayer cuando llegué a Málaga, lo que menos me apetecía era ponerme a cocinar, me hice unos sencillos espaguetis carbonara y dejé el solomillo para hoy, para poder hacerlo tranquilamente, porque todos sabemos que la cocina y las prisas no se llevan bien.
Prometo no faltar a la cita del domingo, porque esta semana dije a la gente que no me moveré de aquí, ahora tan solo me queda decidir la receta, barajo dos, una es mi tarta de manzana, la otra... Mejor no lo digo, porque alguien puede soltar algo que no suene bien... Bueno, lo diré, no, no, mejor lo descubrimos el domingo...
Lo dicho, nos vemos el domingo sin falta, porque hasta agosto no tengo ningún plan para mis días de descanso, bueno, tal vez bajar algún rato a la playa, pero eso no influye en la receta, tan solo en mi color de piel...
Nos vemos en cinco días!!!
- 2 solomillos de cerdo ibérico.
- 70- 100 gr. de nueces.
- 70- 100 gr. de dátiles.
- 2 tomates maduros.
- 1 zanahoria.
- 1 cebolla.
- 1 rama de apio.
- 1/4 litro de caldo de carne.
- 1/4 litro de vino blanco.
- 1 cucharadita de tomillo.
- 1 cucharadita de romero.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
- Pimienta.
Elaboración:
Abrimos los solomillos a lo largo, los salpimentamos y dentro de ellos ponemos las nueces y los dátiles. Los ponemos en la placa del horno o en una fuente y los untamos bien con aceite.
Partimos las verduras en dados y los ponemos encima de los solomillos, ponemos el romero y el tomillo por encima y echamos el caldo de carne y el vino.
Lo ponemos en el horno, a 160ª durante unos 40 minutos, dando la vuelta al solomillo de vez en cuando y regándolo con la salsa.
Una vez hecho, mantenemos los solomillos calientes y pasamos la salsa por la batidora. Rectificamos de sal y ponemos en un plato los solomillos cortados en rodajas y poniendo la salsa por encima.
Notas:
Para empezar, un consejo, cuidado con el apio, si nos pasamos estropearemos la salsa, es preferible quedarse corto en ese ingrediente.
Si la salsa os queda demasiado clara, se puede espesar con un poco de maizena, ya sabéis, un poco de agua y una cucharadita serán suficientes para darle la textura perfecta, dejaremos en una olla hasta que hierva un poco y espese.
La guarnición, lo que más os guste, yo lo acompaño con un "flan de patatas", es sencillo, engrasamos unos moldes y dentro ponemos patata y cebolla en juliana, y echamos nat líquida con un huevo batido, horno y listo. Yo lo pongo en el horno cuando les quedan unos 20 minutos de cocción a los solomillos.
Apuntes:
Esta vez no me he podido resistir, sabía que los sabores de el plato de hoy irían perfectos con un cava, y como desde ayer sabía que lo iba a cenar, lo metí con tiempo en el frigorífico...
Con una burbuja fina y creando una corona no muy intensa, pero suficiente para ser el cava que es, es un buenísimo acompañante.
Con un color amarillo... No llega a ser pajizo, se queda un toque por debajo. Como casi todos los cavas, presenta un fantástico aroma a levaduras, y no faltan los frutos secos, cosa que complementa muy bien al plato de hoy, no olvidemos que lleva nueces... En boca es muy fresco, pero eso tampoco sorprende.
No daré muchas vueltas a la receta de hoy y tampoco me enrollaré mucho, valeeeeee, todos sabemos que esta receta debería haber estado ayer como muy tarde en el blog, pero también sabréis que no he estado en Málaga, tocó visitar a los papis en Matalascañas y como comprenderéis, allí pasaba de cocinar, allí toca "servir" los pensamientos a papá, reirme con mi hermana y mi madre y echar un buen rato ( menos de lo que hubiera querido ) con un amigo... Ahhhhhhhhh, y tomar unas cervezas en La Bodeguita, espero que me disculpéis si no digo el número, no estaría bonito, con unos amigos que veo de verano en verano, algún día hablaré de ellos...
Y claro, que me enrollo, ayer cuando llegué a Málaga, lo que menos me apetecía era ponerme a cocinar, me hice unos sencillos espaguetis carbonara y dejé el solomillo para hoy, para poder hacerlo tranquilamente, porque todos sabemos que la cocina y las prisas no se llevan bien.
Prometo no faltar a la cita del domingo, porque esta semana dije a la gente que no me moveré de aquí, ahora tan solo me queda decidir la receta, barajo dos, una es mi tarta de manzana, la otra... Mejor no lo digo, porque alguien puede soltar algo que no suene bien... Bueno, lo diré, no, no, mejor lo descubrimos el domingo...
Lo dicho, nos vemos el domingo sin falta, porque hasta agosto no tengo ningún plan para mis días de descanso, bueno, tal vez bajar algún rato a la playa, pero eso no influye en la receta, tan solo en mi color de piel...
Nos vemos en cinco días!!!
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