Ingredientes:
- 400 gr. de penne rigate.
- 200 ml. de nata.
- 250 ml. de caldo de pescado.
- 3 cucharadas de vino blanco.
- 250 gr. de gambas cocidas y peladas.
- Eneldo picado.
- Pimienta.
- Sal.
Elaboración:
Ponemos la nata y el caldo en una cazuela y lo llevamos a ebullición, bajamos el fuego y cocemos hasta que la salsa haya reducido a la mitad, unos 15 minutos más o menos.
Cocemos la pasta en agua con sal.
Añadimos el vino y las gambas a la salsa y salpimentamos. Dejamos cocer hasta que las gambas estén calientes. Repartimos la pasta en los platos, echamos la salsa por encima y espolvoreamos con eneldo.
Notas:
Porqué penne rigate?, sencillo, tienen la forma de macarrones, pero por su forma exterior hacen que la salsa se quede en ellos, y esto hace que sean más jugosos.
Aunque la receta original, es decir, la que yo os he puesto va con gambas cocidas, yo la salsa la hago con gambas sin cocer, porque me parece que tiene más sabor, lo dejo a vuestra elección, de las dos formas queda bien.
Las cantidades que pongo se supone que son para 4 personas, aunque si dividimos, a mi me sobraría la mitad, porque mientras que cocino siempre tomo un aperitivo, jejeje.
Apuntes:
Me encantaría decir que cogí este blanco en mi bodega climatizada, pero no, esta vez acompañé la comida con él porque era el que tenía en el frigorífico en ese momento.
Descubrí esta bodega en mi viaje a Ribera del Duero, aunque este vino en concreto pertenece a la D.O. Rueda.
Las variedades que se utilizan en él son la uva Verdejo y la uva Sauvignon blanc, aunque esta en una mínima proporción.
Tiene un color amarillo claro, aunque sinceramente, en mi sala gana color, porque mis paredes son amarillo albero. Aromas?, pues puede tener muchos, pero hoy, lo único que encontré fue un toque de hinojo, tal vez sea porque ese olor se me quedó marcado en los dos años que viví en Almería. Tiene una acidez que me resulta agradable y un final amargo que me gusta. Una temperatura para disfrutarlo, pues la que recomiendan en la botella, de 8º-10º.
No os asusteis si al verlo en la tienda veis que no está cerrado con el típico corcho y la cápsula, a mi me causó impresión, no me termino de acostumbrar, sinceramente, eso del screw cap (tapón de rosca), me sigue pareciendo un tanto raro. También es cierto que no influye mucho en la conservación de un vino blanco que no pasó por barrica, pero estéticamente para mí, deja mucho que desear, será costumbre.
Espero que disfruteis de este plato, es sencillo y no suele defraudar.
Nos vemos la semana que viene!!!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario