Ingredientes:
- 25 gr. de chile de árbol.
- 20 gr. de ajo.
- 3 gr. de sal.
- 75 gr. de aceite de oliva virgen extra.
Elaboración:
Lo primero que tienes que hacer es quitar el rabito a los chiles, ya que no van en la preparación. También pela y lamina los ajos.
Pon en una sartén un tercio del aceite total y saltea los ajos hasta que cojan color, con cuidado de que no se quemen. Cuando estén dorados, aparta y deja enfriar.
En la misma sartén pon los chiles y deja que se hagan un poco, con mucho cuidado, hasta que veas que cambian un poco de color. Saca de la sartén y deja enfriar junto con los ajos.
Una vez que esté todo frío, ponlo en un procesador de alimentos, junto con el aceite restante y la sal. Bate hasta que tenga el molido que te guste, ya sea dejándolo todo muy picado o por el contrario, dejando trocitos de chiles.
Guarda en un bote bien cerrado. Se conserva bien fuera del frigorífico, pero durará más tiempo si lo conservas en frío.
Notas:
Antes de que se me pase, los 20 gr. de ajos son sin piel y los 25 gr. de chile de árbol son sin el rabito, pero con las semillas. Si queréis, se le pueden quitar también, pero estas le dan un toque muy bueno a la salsa.
En la foto podéis ver la cantidad que son 25 gr. de chile de árbol, como podéis ver son un buen puñadito, son pequeños y pesan poco.
Y esos son los ajos laminados y la sal, como veis es una cucharita pequeña. Como siempre os pongo estas fotos por si no tenéis báscula de precisión para que veáis más o menos las cantidades. Del aceite no tengo foto, pero son más o menos unos 9 cl.
Ahí tenéis los ajos, antes, bueno, más bien durante y después, para que veáis el punto de dorado que les doy. Los ajos no hace falta laminarlos, se pueden dorar enteros o incluso no hacerlo e incluirlos en crudo, pero el sabor cambiará un poco.
Y os prometo que aunque en la foto no se vea la diferencia de color, al natural sí que se veía!!! Como he dicho antes, hay que tener muchísimo cuidado para que no se quemen, ya que si no amargaría mucho la salsa y se echaría a perder.
Si hacéis mucha cantidad y tenéis "la infernal", lo hacéis en ella, pero para poquita cosa me da mucha pereza ensuciarla y trituro las cosas en el accesorio de la batidora.
Y eso es lo que sale con las cantidades que doy en los ingredientes. El motivo de hacer tan poquita es porque cunde mucho y prefiero ir haciendo de poco en poco. Si queréis más, es sencillo, se doblan, triplican o "-ican" hasta el infinito...
No salgo del apartado de "Notas" sin antes decir alguno de los usos que se le pueden dar a esta salsa, que vale para acompañar y mojar una carne, añadir a un sandwich, para poner en un taco... Eso sí, siempre con mesura, ya que pica mucho.
Si os apetece suavizar un poco el sabor, se le puede poner un poco de chile morita, que es más dulce y añadirle cacahuete y semillas de sésamo, que deberéis tostar también. Es una variación de la receta que yo he puesto. Incluso, si se le quiere dar un punto de acidez, se le puede poner un poquito de vinagre. Como digo, todo eso es al gusto. A mí me gusta más pura, por eso no le meto nada más que lo básico.
Apuntes:
Salsa recomendable al cien por cien si gusta el picante. Aquí empieza una serie de recetas elaboradas con chiles, que iré poniendo poco a poco, para que os animéis a elaborarlas todas.
Antes de nada decir que si no conocéis ninguna tienda cerca, siempre podéis comprar los chiles en internet. Por si no tenéis ningún sitio de confianza, os digo que en Black Pepper &Co (pinchando aquí iréis a la web) encontraréis todos los chiles que yo voy a utilizar en estas recetas. Aunque alguno no lo tenga en la página, en la tienda física sí los tiene, por lo que una simple llamada o mail y Luis estará encantado de atenderos.
Os enseño una foto de los chiles que me han traído directamente desde México, me encantan, me tienen loca y estoy separando las semillas de los que utilizo, por si valieran para sembrarlos.
Molan, ¿verdad?. No me digáis que no, que no me lo creo. Es curioso, cuando los compro, ni de broma compro esa cantidad y los utilizo con cuenta gotas, ya que me da pena que se terminen, pero ahora que tengo ese montonazo me da pena usarlos por lo mismo. No me entiendo ni yo, la verdad. Las variedades que me ha traído mi Ampa son de izquierda a derecha, pasilla, morita, ancho, árbol (el de la receta de hoy), chipotle y cascabel.
En esa foto los podéis ver más de cerca. Ahora dudo sobre cual será la próxima receta que ponga en el blog con alguno de ellos, tengo dos en mente, por lo que me tocará echarlo a cara o cruz.
Y como digo, la culpable de todo es Amparo, antes estaba viviendo en Nueva York, de ahí me trajo unas tazas y cucharas medidoras preciosas, que ya os enseñé en otra entrada, ahora vive en México DF y lo que me trae son chiles. La verdad es que se los encargué cuando fueron sus padres a verla en Navidad, pero la jodía modorra dijo que se le olvidó mandarlos, pero realmente lo que quería era traérmelos y dármelos ella. Lástima que no se vaya a vivir una temporada a Australia, que hay una cosa de allí que me gustaría tener...
A la izquierda la culpable, Amparo, a la derecha, su compañera de viaje, Maru, que se ha apuntado a pasar unos días en España y nos dieron la sorpresa del día en el bautizo de Martina. Creo que menos a mi hermana y a mi tía, que sabían que estaban por estas tierras, a los demás se nos debió quedar una cara de apampanados de esas que hacen época.
Y poco más por hoy, la verdad. El puente ha sido muy tranquilo, no he ido a ningún sitio, pero es que en breve tengo otro evento familiar y hay que ir dosificando. Aunque bien es cierto que el jueves viví un día muy emocionante con unas amigas. Hubo una quedada en Madrid y lo pasé fenomenal con todas. En la siguiente entrada os pongo alguna foto, que antes tengo que convencerlas para que salgan aquí. Patusqueamos medio Madrid y fue un gustazo poder abrazarlas a todas. Lo dicho, ya os lo contaré más despacio.
Nos vemos en unos días... Feliz y picante semana a todos!!!
Soy poco amiga del picante pero tengo que decir que me chifla toda la variedad de pimientos que tienen en México. ¡Que suerte de amigas viajeras!
ResponderEliminarA mi me da mucha envidia, ya que aquí, en España no tenemos tanta variedad ni cultura del chile, pero bueno, como dices, teniendo amigas viajeras, ¡no hay problema!
EliminarUn saludo, Alicia.